Piedras en el riñón: un desafío nefrológico que requiere atención especializada

La hipertensión y los riñones se pueden relacionar de dos maneras, como causa y como efecto.

 

En los pacientes con hipertensión, con el paso de los años se produce el deterioro de los vasos (venas y arterias) en diferentes órganos, siendo los riñones uno de los primeros en sufrir estos daños debido al tamaño microscópico de los capilares que forman buena parte del tejido renal.

A su vez, en los riñones existe un mecanismo de regulación de la tensión arterial que puede verse alterado por diferentes causas renales; estenosis de arterias, tumores y causas endocrinas, entre otras. Produciendo, de esta manera, una hipertensión secundaria a estas causas

 

¿Cuál es el tratamiento para cuidar el riñón de un paciente hipertenso?

Una vez se ha establecido y diagnosticado el daño renal es muy difícil revertirlo, por lo que los tratamientos irán enfocados a no empeorar ese pronóstico.

 

Es muy importante controlar la tensión arterial, manteniendo cifras por debajo de 135/80, aproximadamente, y no más bajas de 100/60, de forma mantenida. También, es importante controlar las glucemias en pacientes que son diabéticos y evitar los fármacos nefrotóxicos como pueden ser los antiinflamatorios, exceptuando Paracetamol o Metamizol.

 

¿Cómo saber que los riñones no están funcionando como deberían?

En las fases iniciales es muy difícil o casi imposible saberlo porque no existe ninguna sintomatología. La forma de diagnosticar el daño renal secundario a la hipertensión, sobre todo en sus etapas incipientes, es realizando analíticas de sangre y orina de forma rutinaria cada 6-12 meses.

 

En casos más extremos, cuando la afectación es importante, puede aparecer proteinuria en la orina, que es visible como una “espuma” en la misma y se asocia en muchos casos a la aparición de edemas (inflamación) en extremidades inferiores.

 

Otra sintomatología que se asocia puede ser malestar generalfalta de apetito, debilidad muscular u otros síntomas poco específicos.

 

¿Qué otros órganos son afectados por la presión arterial?

La hipertensión no controlada y de larga evolución produce arterioesclerosis, es decir, estrechamiento de arterias y venas.

 

El daño se produce inicialmente en aquellos órganos con vasos muy pequeños o con muchos capilares como el riñón, la retina o el cerebro.

 

Con el paso del tiempo se van lesionando vasos más grandes, afectando a órganos como el corazón por daño en las arterias coronarias, las extremidades inferiores por afectación de las arterias Iliacas, o el cerebro por afectación de las arterias carótidas.

En cualquier caso, es necesario pedir una consulta al especialista.

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